SOBRE NOSOTROS

La historia de Mónico nace de un sueño. Un sueño que comenzó a fraguarse en 1940 en Nueva York, cuando Carlos Albert, hijo de los marqueses de Alhucemas, quedó fascinado por el legendario restaurante “Del Monicos”, uno de los primeros restaurantes de lujo en Estados Unidos. Aquel sueño se hizo realidad meses después con la apertura de Mónico, un hermoso salón de té en el corazón de Madrid. Un pequeño negocio familiar. Y uno de los lugares más concurridos por la burguesía madrileña después de la guerra.

Más tarde, en 1963, los hijos de su fundador decidieron ampliar el negocio abriendo las tiendas Mónico, que se distinguían por la elaboración de productos con ingredientes 100% naturales y su servicio a domicilio. Y es en 1996 cuando se inaugura La Casa Mónico, una de las primeras fincas de eventos y catering de Madrid.

El Cortijo de Mónico, en la zona noroeste de Madrid, se unió años más tarde para ampliar la oferta del grupo gastronómico manteniendo el mismo nivel de atención y exclusividad.

A comienzos de este año inauguramos nuestra nueva finca. Ubicada en un entorno único rodeado de un bonito campo de pistachos y a tan sólo media hora de Madrid, dispone de gran capacidad para celebrar eventos corporativos.

Hoy queremos poner a tu alcance nuestros 75 años de experiencia para ayudarte a que seas tú quien escribas parte de tu historia con nosotros.

NUESTRA COCINA

Si hay algo que distingue a Mónico, es nuestro nuestra pasión por la cocina. La misma que nos llevó hace 75 años a abrir nuestro primer local con productos de primera calidad y un equipo de cocina de primerísimo nivel. Desde entonces han cambiado muchas cosas. Han cambiado las modas, las costumbres, los gustos, y también las personas que han ido escribiendo nuestra historia, pero se mantiene intacto el espíritu y la pasión por la cocina, nuestras ganas de investigar, de crear, de elaborar nuevas platos que puedan convertirse en tendencias gastronómicas.

Nuestra cocina siempre tiene las puertas abiertas para nuestros clientes. Nos gusta involucrarnos en el diseño del menú, comprometernos con cada cliente y diseñar propuestas gastronómicas personalizadas hasta el último detalle.

Solo nuestro decidido entusiasmo por la cocina y nuestra propia exigencia para ofrecer el mejor servicio posible, pueden explicar nuestro liderazgo en la organización de eventos de restauración.